Entrevista: Una batalla geopolítica determina el futuro del Vaticano

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Capilla Sixtina del Vaticano, donde los 133 cardenales elegirán al próximo Pontífice Romano. Foto: EFE.


7 de mayo de 2025 Hora: 14:12

En entrevista para teleSUR, el analista político Fabrizio Casari resaltó las tensiones de poder detrás de la elección del sucesor del Papa Francisco y su impacto en el orden mundial multipolar

En el Vaticano se libra una batalla que trasciende lo espiritual para adentrarse en el terreno geopolítico, de acuerdo con análisis de Casari. Mientras millones de fieles católicos esperan conocer al sucesor del Papa Francisco, complejas dinámicas de poder operan dentro del cónclave que se desarrolla a partir de este 7 de mayo.

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El cónclave refleja una marcada división entre los cardenales, incluso entre aquellos nombrados por el propio Francisco, quienes teóricamente deberían favorecer a candidatos cercanos a su visión. «No está para nada dicho que así sea», advierte Casari, explicando que el proceso requiere formar alianzas para alcanzar la mayoría calificada del 80% de los votos.

«Cuando se forman agregaciones, quien tiene un 15 o 20% de los votos se vuelve un protagonista absoluto porque impide con su disponibilidad la posibilidad de que alguien sea elegido», señala el analista, comparando el mecanismo con cualquier parlamento. «Aquí no hay nada que ver con la espiritualidad, se trata de gestión de poder temporal».

Casari reitera el «tráfico de influencias» donde particularmente «la Iglesia de Estados Unidos y la Iglesia francesa se han movido tratando de ejercer presiones muy fuertes con el Vaticano para imponer un Papa que le pueda ir bien a ellos».

Esta presión responde a un contexto global de transformación donde «el imperio unipolar de occidente se ve por primera vez en una crisis no coyuntural sino estructural muy fuerte», mientras emerge «con cada día mayor fuerza un sur global» que representa una «transferencia diaria de grandes riquezas y capitales del norte hacia el sur».

El Vaticano debe decidir si alinearse «con el lado de la historia que va perdiendo terreno todos los días» o con «la historia multipolar del sur global que ya arrancó y que está buscando cada día más espacio para obligar a Occidente a una lectura multipolar y a una gobernanza multipolar del planeta».

«Papa Francisco había dado señales de mucho precio con el segundo. Hay que ver ahora si esto se podrá mantener y no es nada fácil», advierte Casari, citando un dicho italiano: «Los que entran como papa salen como cardenal», para ilustrar las presiones cruzadas que enfrentan los pontífices.

Después de dedicar sus primeros mil años a Europa y los siguientes mil a América, ahora «es el turno de Asia», señala Casari, destacando cómo países con apenas 1% de población católica tienen representación cardenalicia, mientras naciones tradicionalmente católicas como Austria o Irlanda carecen de ella.

«Papa Francisco orientó su pontificado hacia Asia y sobre todo en el diálogo con otras religiones y con lo laico», explica el analista, anticipando un choque entre «una lectura histórica muy tradicional, ortodoxa del espíritu católico y una lectura mucho más innovadora y progresista del espíritu del evangelio».

La posición de Francisco quedó clara desde el primer día de su pontificado, cuando visitó Lampedusa para encontrarse con migrantes, hasta sus últimas palabras sobre Gaza. «El connotado de este papa ha sido muy claro. Como Frantz Fanon, estaba con los condenados de la tierra», afirma Casari.

A pesar de la fuerte presión de las iglesias estadounidense, francesa y alemana por un papa que rompa con la tradición de Bergoglio, Casari mantiene la esperanza: «Puede que en esa presión le vaya saliendo el tiro por la culata. Esa es la esperanza que tienen, creo, todos los cristianos. Quizás no todos los católicos, pero sí todos los cristianos».

Autor: teleSUR: drb - MMM

Fuente: teleSUR